Y así es mis estimados amigos, conocidos, personas que buscan una imagen para su blog o bien aquellas personas que por haber tecleado mal la búsqueda en Google terminaron en este blog; no sé qué escribir.
Es una contradicción hasta irónica. Yo quiero dedicar mis días al infinito e intransitable mundo de las letras y las palabras, reconocerme como un nada en el basto cosmos de la imaginación y de la palabra escrita y ahora, bueno no ahora precisamente pero desde hace un par de semanas, casi podría asegurar que meses, que no me llegan las caprichosas musas.
Yo sé que no es necesario tener un tema en especifico para escribir, se puede escribir de todo, absolutamente, por más burdo o tedioso es posible meterlo en palabras y expresarlo. Lo que también me ah estado pasando por la cabeza es que se necesita es un poco de determinación para realizarlo, que las palabras no van a fluir como un manantial de mis dedos, la verdad es que las palabras son como una mina.
Una mina de oro o de algún material precioso, donde uno debe de buscar durante horas para acceder a los confines más remotos de la mente, luego que lo hace puede tomar días, meses o incluso años extraer a penas unos gramos del preciso metal, en este caso de las palabras (que a mi manera de verlo es la palabra tanto o más preciado que cualquier metal del mundo).
Seguiré hundiéndome en la gran caverna de mis pensamientos de donde pienso extraer la palabra correcta.
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