sábado, 4 de febrero de 2012

Voluntad, bonita palabra.

Hoy fue un día bastante cotidiano, nada fuera de lo rutinario y mucho menos interesante. Hoy por primera vez en el año escuché una palabra que siempre me recuerda la diferencia que existe entre nosotros los seres humanos y los animales; voluntad. La voluntad es esa extraña sensación/acción/inspiración divina, aún es día en que no lo defino, que nos impulsó a ser más, más que un ser que se comunicaba por medio de fonemas, más que un ser capaz de desarrollar herramientas para facilitarse la vida. 
La voluntad nos hizo ser más que un animal. Ahora caminando por la calle en compañía de mi mejor amigo me comentaba que tiene esa sensación de que lo único que le falta para poder realizar bien las actividades del día a día es una pizca de voluntad, pero ¿qué es realmente lo que yo considero como "voluntad"? Bueno pues muchas cosas me pasan por la mente para poder despejar la palabra, la más importante que encuentro, y quizá la más cercana a una aproximación a lo que quiero decir, es: amor. 
El amor por realizar algo es lo que nos hace tener ese impulso que nos permite empezarlo, trabajarlo y finalizarlo. Es el amor por algo lo único que nos hace comenzar la actividad con buena cara y ver más allá de la laboriosa tarea de hacerlo y se convierta en eso que consideramos algo bueno para nosotros. Se necesita amor para tener voluntad. 
Un día, cualquiera que sea, en el momento menos pensado y en el lugar menos esperado necesitaremos imponernos sobre nosotros mismos y colocar el amor sobre nuestras acciones para que salga bien, para que podamos decir "buen trabajo, bien hecho". 

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