lunes, 11 de junio de 2012

Ser un lobo estepario debería ser una obligación

En días recientes -ahora para ser más especifico- eh terminado de leer el libro Lobo Estepario de Herman  Hesse. Les dejaré las ligas de Wikipedia para que puedan informarse sobre el autor y sobre la obra. 
Me encontré con diversos problemas al comenzar de leer el texto porque me parecía realmente uno de esos libros aburridos que uno empieza por leer un lunes en algún momento libre y termina varios meses después porque ya no tenía nada más que leer y decide terminarlo. Estaba en un error. 
El libro me cautivó desde las primeras páginas envolviéndome en la vida de Harry Haller, de verdad que el personaje está tan bien estructurado que parece realmente un hombre como nosotros, un hombre con millones de preguntas sin respuesta a las cuales a decidido olvidar y dejar en paz para continuar. Un personaje tan sumamente interesante, un personaje que me gustaría denominar "de espejo" cualquier persona logrará identificarse con éste. 
Quizá estoy exagerando con la cobertura del personaje, vamos, seré sincero no muchos leen y no a muchos les llamará la atención. No pierdo nada por mentirme a mi mismo. 
Uno de los aspectos donde me sentí mucho más identificado fue el problema que plantea el personaje con respecto de la importancia que tiene el alma (lo divino, vamos) en el hombre y cual honda y profunda es la separación de ésta con el cuerpo. Me gusta pensar que un día seré un hombre muy ascético y me liberaré de los gustos banales en los cuales, por ser parte de la sociedad, nos envolvemos. El dialogo que me dejó plasmado fue:
"-Siempre ah sido así y siempre será igual, que el y el mundo, el dinero y el poder, pertenecen a los mediocres y superficiales, y a los otros, a los verdaderos hombres, no les pertenece nada. Nada más que la muerte. 
-Fuera de eso ¿nada en absoluto?
-Sí, la eternidad"
La eternidad, quizás aquí el texto se presenta vago y absurdo pero la verdad es que la profundidad de las palabras del autor realmente llenan el espíritu. Todo lo que nosotros consideramos importante es, en la mayoría de los casos, parte de esas cosas superfluas que nos embargan socialmente. Irremediablemente nos vemos inmiscuidos en la absorción de los gustos de la masa y con ello a la perdida por lo individual, de lo propio, de lo espiritual. No hemos aprendido de los grandes hombres, los hombres a los cuales les debemos nuestra cultura, nuestro pensamiento, nuestras maneras de actuar, etc. El libro del cual les habló también toca ese tema dando ejemplo de grandes personajes de la historia, recordando de manera insistente al lector a participar de manera activa para crear la historia de la humanidad. 
Continuará...

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