sábado, 18 de mayo de 2013

Cuando Dios no te quiere

Realmente yo no culpo a Dios de lo qué sea que nos pase. No, eso se los dejo a los que creen en un Dios iracundo y asesino de masas. Yo en cambio tengo una idea más hermosa de Dios: un Dios que con toda naturalidad nos ve desde un algún punto y sonríe calladamente.
Hoy nada salió bien, nada. Se perdió la perra de mi papá y él insiste o me culpa a mí de eso, yo no tuve la culpa y hay testigos oculares, pero es viejo y los viejos no escuchan ya nada; ya escucharon suficiente. Me falta pagar mucho de la escuela, tengo que hacer tareas y trabajos que no sé realmente si los pueda concluir. Mi vida está, en resumidas cuentas, pa' la chingada. 
Hoy a comenzado el proceso de convencerme que el suicidio no es una opción fiable, me cuesta aceptarlo. El suicidio es necesario para salir de la vida, nadie nos pide permiso para darnos la vida, al contrario se nos impone como algo obligatorio. La vida no debe de ser así, la vida debe de ser gozo y alegría. Si la vida, como la tenemos es mala ¿por qué soportarla? Por lo bueno que vendrá (dirán muchos), porque vale la pena luchar (dirán otros)... En fin, puras tonterías. 
El hombre no debe de rendirse y menos por pequeñeces pero ¿y si ya no tienes ganas de luchar qué? ¿por qué tenemos que aguantar todo? No es justo y tampoco es necesario. 
La vida, si no vale, no se debe soportar.
En fin, si no vuelvo a escribir se puede deber a dos cosas: 1)Lo olvidé o 2) me suicidé

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