viernes, 10 de enero de 2014

Cuando uno veía y no entendía.

Hoy por la noche me puse a ver la película de Jóvenes Brujas (The Craft, 1995) que la pasaron por Golden. Estaba mirando la película y al terminar me quedó un vacío en el alma, dicen que para poder apreciar algo lo más recomendable es hacerlo desde un punto de vista fijo o con un punto de referencia que nos permita comparar las cosas. Yo con esa película que vi en mis años pueriles puedo darme cuenta de que el día que la vi definitivamente no vi realmente la película sino lo que mi mente pura e infantil me permitió comprender -que fue básicamente nada- y debido a eso ahora que ya por fin la vi desde una perspectiva más adecuada a la película (que me imagino que mi edad, 21 años, era la edad a la que iba enfocada la película cuando salió) me doy cuenta de todas las cosas de las cuales no me percaté antes: las connotaciones sexuales, los juegos de poder, la humillación que se ejercen entre los personajes. 
La pregunta que me viene a la mente es ¿Cómo estaba mejor, siendo inocente y viendo una película entendiendo solamente la mitad o ahora que veo una película y le entiendo perfectamente (inclusive creo que le agrego de mi imaginación)? La pregunta no tiene respuesta. Es simple: tengo nostalgia de la inocencia.


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