martes, 21 de enero de 2014

Flojera, qué digo.

No tenía nada, absolutamente nada que contar o escribir, que para el caso es lo mismo.
Para empezar la semana comenzó mal, puros problemas con mi familia, tengo que pagar una inscripción escolar y no sé de dónde sacar dinero y eso me pone triste. Sé que mi madre lo solucionará a última hora, como siempre, pero en el lapso me pongo nervioso. 
¿Qué hay de interés? Pues nada, que volví a los vídeojuegos, hoy juego por ejemplo el Mario Galaxy, para Wii, donde debo confesar que soy realmente bueno. Los juego de Mario me han acompañado durante toda mi vida y como todo gamer gaymer que soy debo de admitir que me gustaría mucho que pudiera terminar mis días jugando vídeojuegos con la persona indicada. Hablando de eso, a mí novio le gustan los vídeojuegos pero sólo en una ocasión jugamos... aunque bueno terminamos jugando a otras cosas.
Jugar al Mario, en sus diferentes versiones siempre me trae bueno recuerdos de mi infancia cuando me desvelaba (cuando desvelarse eran las 10 p.m.) jugando en mi consola de Súper Nintendo. Qué tiempos tan más bonitos. 
No todo es jugar, también estoy leyendo. Aunque creo que leer es también uno de los juegos más divertidos que tenemos como personas. Mirar las hojas de un papel que tienen impresas letras que forman palabras que a su vez forman historias es genial. La habilidad del lector para decodificar lo que otra mente quiso contar es genial. La manera en cómo lo cuenta también influye mucho.Pero no me desvío más; leo María de Jorge Isaacs, la verdad me gusta la historia, es interesante ver la visión amorosa de Efraín, el protagonista. Debo confesar que un hombre como él en el siglo XX no lo bajaban de homosexual... pero bueno, otros tiempos, otros hombres. 
 En la televisión veo The Walking Dead y America Horror Story. La última me gusta mucho, la primera debería de agregar más acción. Claro, pero a quién le importa mi opinión sobre series televisivas, ni a mí me interesan realmente.

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